Madrid 0 - 1

martes, junio 01, 2010


(Lo siento mucho, pero este trajín vertiginoso me ha dejado menos oportunidades para escribir de lo que pensaba, pero aquí va un poquito. Algo es algo. Ya mismo vendrá más).


Madrid hoy no estuvo de fiesta. Tenía todas las intenciones, pero un gol acabó con ellas. El Atlético de Madrid perdió ante el Sevilla en la final de la Copa del Rey, por eso la ciudad se quedó muda.
Dicen que ahí estaba nuestra gente. Ahí o en sus casas mirando el partido por televisión. Ahí o en alguna recepción que brindaría el Presidente Correa, que andaba de convención presenciando cómo a Evo le aplastaban por hablar otras tonterías, además de la de los pollos con hormonas.
La cosa es que tuvimos poco público, tal vez 50 personas, la mayoría paisanos nuestros que residen en Madrid o que vinieron de las cercanías para vernos, entre ellos caras conocidas del año pasado que habían viajado a Barcelona para acompañarnos cuando tocamos en la calle frente al mar. Ellos fueron el show. Para ellos lo hicimos con cariño.
No fue un comienzo apoteósico y ahora sé que no tenía porqué serlo, aunque por tratarse de Madrid pensamos que la convocatoria iría a ser mayor, pero dicen que el Atlético nos jodió la fiesta. El Atlético y Correa, que tampoco tuvieron fiesta y que igualmente habían cantado victoria antes de hora. Así pasa.
Mientras tanto, como dijo Juan Sebastián Serrano, con quien me dio gusto encontrarme esta noche, Madrid se pone cada día más hermosa en primavera.
Mañana será Hamburgo.


Hamburgo

El lugar se llama LOGO y es un bar reputado en la ciudad. Por ahí pasa la mayoría de bandas extranjeras que sale de gira y que mantiene una agenda que copa casi todo el verano.
Es jueves en la tarde y hace frío. Hemos llegado sobre la hora porque el avión que nos llevó de Madrid a Frankfurt ha salido con retraso a causa del tráfico aéreo. En Frankfurt nos esperaban Glenn, un personero todo terreno de Ubersee, la disquera alemana con la que firmamos un contrato el año pasado; el Paolo, que vino de Barcelona para juntarse a la gira durante las seis primeras fechas, y los dos autos que nos acompañarán estas tres semanas: un auto coupé Opel de alta velocidad y una van Mercedes Benz con nueve asientos, una cama donde cabemos tres, un televisor, un DVD player y un PlayStation al que le estamos sobrecalentando con un juego de fútbol que compramos en un MediaMarkt de carretera.
Por ahora solo hemos visto el primer capítulo de El Cartel, pero yo traje siete películas que habrá que verlas durante las horas que quedan. Que son muchas.
Tampoco hubo mucha gente en este concierto, pero fueron algunos ecuatorianos que la sudaron, y algunas alemanas deslumbradas con Latinoamérica y sus cualesquiera manifestaciones culturales. Luego de nuestro concierto se fueron a una peña de solidaridad con Perú. La causa, desconozco.
El concierto estuvo bueno a pesar del escaso público. Sirvió para desentumecernos y evaluar el repertorio, que por ahora parece adecuado.
Nos sentimos cómodos, la logística va bien y nos manejamos con agilidad y experiencia. Es bueno sentir esto porque nos permite manejar un proyecto de esta envergadura con la suficiente solvencia. En medio de las primeras cervezas ya hemos tenido oportunidad de brindar por esta nueva oportunidad y de halagarnos por lo logrado con la música. Eso también nos hace sentir bien.
Esta ciudad es increíble, lamentablemente tenemos que irnos pronto sin haber podido disfrutar de su red light district hirviente. Ojalá podamos volver uno de los días libres que tendremos más adelante.

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