El recurso de la cultura*

martes, septiembre 15, 2009

Me complace asegurar que para este momento lo que se considera música alternativa ecuatoriana ya detenta un espacio de reconocimiento en el tablado europeo. Me refiero al panorama de festivales internacionales que por lo general se desarrollan en verano, y al circuito de salas de conciertos por donde pasan bandas del mundo entero. Bandas de todos los calibres. Nombres que usted y yo conocemos.

En los afiches promocionales y en los carteles que se programan cada año aparecen ya, desde hace al menos tres, nombres de grupos ecuatorianos de géneros diversos, y con ello, algo de las manifestaciones culturales y artísticas que hasta hace poco se sostenían entre las limitaciones de la autogestión y el autofinanciamiento, ha podido ser apreciado, digamos, como una suerte de producto de exportación no tradicional del país.

Formo parte de Rocola Bacalao, banda con la que hace poco regresamos de nuestra segunda gira europea. 23 conciertos en un mes significaron, además de una intensa plataforma de fogueo, una inmensa vitrina global que logró posicionar un poco de música por fuera de un perímetro local con inevitables limitaciones.

Desarrollando la calidad suficiente y aprovechando las oportunidades dispuestas, les pasa a los futbolistas que se exhiben en el extranjero y a los productos que se insertan en los mercados internacionales. Hay, por supuesto, que salvar las distancias en cuanto a los alcances de consumo y atenerse a la promoción mediática que potencia o contiene tal consumo. La cultura, en ese aspecto, parece seguir siendo una consideración de segundo orden.

No obstante, el paso parece estar dado. Por ello han pasado, entre otros, Sal y Mileto, La Grupa, Tomback y hace poco Sudakaya, colegas de andanzas que, arriesgando todo, han sido capaces de juntar los presupuestos necesarios para hacer trascender su trabajo de años. Pero así mismo existen bandas que al no haber podido contar con los recursos necesarios han tenido que dejar pasar las oportunidades que les convocaban a mostrar su música en varios países, lamentablemente, en circunstancias en que ninguna institución pública consideraba entre sus políticas de desarrollo el otorgamiento de auspicios para concretar proyectos de este tipo. Sin embargo, me complace también dar cuenta de que para este momento las cosas han cambiado. Para esta segunda gira, luego de que la primera fuera enteramente autofinanciada, aplicando a las convocatorias pertinentes y reuniendo los requisitos exigidos, recibimos apoyos económicos del Ministerio de Cultura, de la Secretaría Nacional del Migrante y de empresas del sector privado, sin los cuales hubiera sido muy complicado solventar la travesía.

Hacia ello deben dirigirse las políticas públicas pertinentes, a incentivar el proceso de desarrollo musical que en la proyección internacional alcanza el contexto ideal de maduración, pero que parte de la educación y avanza con la producción y la difusión adecuadas. El país irá aprendiendo que la cultura, tanto como el deporte y el comercio, es un recurso legítimamente valorable, mientras tanto, las bandas seguiremos haciendo lo nuestro.


* Publicado en El Telégrafo el 8 de septiembre de 2009.

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3 comentarios

  1. excelente por La Rocola, excelente por toda la escena ecuatoriana... la calidad y el desarrollo musical por sobre la actitud, la estética y la etiqueta, felicitaciones

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  2. Gracias, estimado Autómata, que la cosa siga...

    Oye, vi tu diseño para ese Álbum que estan armando, está bacán, me pidieron un texto como de intro para el álbum, veamos si alcanzo a hacerlo, me gustaría...

    Un abrazo y gracias pro la visita.

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  3. ah si, buenísimo, ojalá puedas hacerle a ese texto.

    Saludos!

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