Buscado y deseado

domingo, septiembre 27, 2009



(Imagen tomada de img.blogdecine.com)

Durante estos días de convalecencia tras una cirugía sencilla de tabique, mientras con esfuerzo respiraba por la boca, bastante tiempo tuve para dedicarme a ver películas que tenía represadas en la lista de pendientes.

De entre ellas, por la actualidad que acaba de cobrar la noticia de la detención de Roman Polanski, regresan a mí momentos intensos del documental Roman Polanski: Wanted and Desired.

No quiero alargarme en una reseña del mismo, pues, ante la noticia, imagino que la demanda de este DVD en las tiendas de películas crecerá considerablemente a partir de mañana, y como entre el desconocimiento de una determinada historia llevada al cine y su aprehensión ahora nos separan tan solo dos dólares y en promedio 100 minutos, mejor será que cada quien haga el gasto.

Solamente quisiera apuntar un par de apreciaciones que, creo, vale la pena mecionar.

1. La forma de cubrir los acontecimeintos y luego procesarlos como noticias por parte de la prensa francesa y de la estadounidense. Esto, además de haberme agradado por exteriorizar dos culturas periodísticas a la vez que dos posturas morales divergentes, me pareció adecuado para ponerlo en perspectiva en este momento en que en el país mucho se debate sobre el trabajo de los medios.

En definitiva, aunque el asunto parte de mucho más acá y va bastante más allá, es muy bien resumido por un productor amigo de Polanzki: "Mientras en Estados Unidos lo buscan (Wanted), en Francia lo desean (Desired)". Y para que eso resultara así, mucho tuvo que ver el trabajo que los periodistas desarrollaron cubriendo este caso.

2. El documental tiene mucho de un gran reportaje periodístico de televisión y cobra agilidad cinematográfica en pasajes del montaje, y en esa medida viene cargado de bastante información y apoyado en un amplio y preciso acopio de archivos, pues el caso, por lo sonado del personaje involucrado, fue completamente cubierto por los medios y las cintas afortunadamente no cayeron en la irresponsabilidad de ser incineradas (como pasa aquí con material que ya llega a juntar ciertos años de vida).

En un momento el documental se enfrasca profundamente en el proceso judicial que empieza a enfrentar Polanski. Nuevamente, el material de archivo apoya bastante la narración que, desde entonces, plantea una escenario manejado por tres actores colectivos: 1. El sistema de justicia estadounidense 2. Los medios de información 3. La esfera cercana a Polanski.

Entre estos tres segmentos transcurre el debate de la parte final del filme, hasta que los créditos proyectan a un Polanski refugiado en Francia y encima de él, a pesar de todo, la gloria del Oscar otorgado en 2003. Eso hasta que la noticia de ayer convocara a imaginar una segunda parte bastante polémica.

Pero, a lo que quería llegar es que en ese panorama planteado en tres instancias, hubo una que a mi parecer faltó para que quedara completo. Es la de la opinión publica, o sea, la de los millones de seguidores de la información que, al menos a lo largo de Estados Unidos y en gran parte de Europa, debieron haber seguido los hechos, marcado una posición y, de alguna forma, ejercido presión sobre el caso.

Imagino que el no incluir este elemento se debió a una decisión muy bien considerada de la dirección y no a la falta de material disponible sobre ello, menos al desdén sobre la importancia de la participación de las audiencias en casos de interés mediático cómo éste. Con frecuencia vemos cuánto espacio se le da a la opinión de la ciudadanía en casos de este tipo como para con ellos exteriorizar una idea de moral pública al respecto. Recordemos los pasajes de O.J Simpson y de Bill Clinton con Monica Lewinski. Recordemos, this is America.

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