Paren de sufrir
lunes, septiembre 19, 2016
Cómo no va a desencadenar las más bajas pulsiones un nuevo
asalto escénico de Delfín Quishpe si Ecuador es un país de amargados. Muere
Juan Gabriel y a quienes lo lamentan les corresponde un ejército de
corregidores que recriminan lo que consideran un fanatismo repentino. Cuándo
han demostrado la más mínima consideración por ese cantante como para que ahora
vengan a condolerse, dicen los corregidores, juangabrielinos certificados desde
las primeras horas, se entiende. No solo reprimen el derecho de cualquiera a
condolerse por lo que le venga en gana; lo hacen con la suficiencia de los
barras bravas.
Se anuncia un concierto de Metallica y los rockeros de cepa,
los únicos que merece no solo el mundo del rock sino el mundo, aparecen
furibundos para decir a los otros,
herejes, inmerecidos, que cómo así la algarabía, que de cuándo acá. En un país
donde los grandes espectáculos se cuentan con tres dedos en un año, hay valientes
dedicados a censurar el goce de los demás. Y todavía hay quienes sostienen que
la música une y que el lenguaje universal y que el alimento del alma y que lo
que no pueden expresar las palabras lo expresan los sonidos y todas esas cursilerías
que quizá tuvieran sentido si la música fuera sólo éter y no un asunto de los
hombres, de los sistemas, de las políticas, de los mercados.
Los agravios que ha recibido Delfín Quishpe desde que
presentó su nueva canción, una versión de Cuando pase el temblor, de Soda
Stereo, no revelan nada nuevo; apenas confirman la calaña esquizofrénica,
odiadora y racista de la que también está hecho el Ecuador. Cuando Quishpe
apareció hace diez años con la canción Torres Gemelas y rápidamente se
convirtió en un fenómeno mediático, los ya despiadados comentarios permitían,
pese a todo, identificar una cierta preocupación por el debate abierto entre
las cuestiones de la llamada alta cultura y las de la cultura popular, por la
relación entre estéticas y globalización, por las nuevas hibridaciones musicales
y las plataformas emergentes de difusión para los productos culturales. En
medio del linchamiento virtual, la academia y los medios, parsimoniosamente,
encontraron ribetes enriquecedores para leer el fenómeno. Pero lo que hoy se
lanza sobre Delfín Quishpe, con la irrefrenable anuencia de las redes sociales
y la inacción del periodismo, no permite sino reconocer un repliegue en la
comprensión de la cultura y el espectáculo en ese país mestizo, una deriva
hacia la violencia simbólica más ensañada -que no está exenta de traducirse en
violencia física-, y una confirmación de la bipolaridad que reina como energía
social, aunque en este caso no se trate necesariamente de bipolaridad política
sino de algo que cae en el plano de lo humano.
Porque, ¿cómo ven el mundo quienes llaman a Delfín Quishpe
“indio atrevido”, “vergüenza nacional”, “mamarracho que intenta ser
interesante”; los que dicen “quiero a este tipo muerto”, “que se le aplique la
justicia indígena”, o los que piden “su cabeza hecha una tzantza a cambio de cervezas”?
¿No es eso algo que los devela como individuos con apenas dos coordenadas?
Bueno, malo. Bonito, feo. Indio, blanco. Aquí, allá.
¿Cómo ven el mundo ustedes, auténticos del rock, duros del
rap, genios del jazz, personitas sin nada que agregar pero muy afrentosas, sino
desde la pequeñez de su dualidad, desde sus cuatro metros cuadrados de
experiencia, desde su poca curiosidad por lo que no es de la tribu? Las manos
en cuerno y la lengua afuera, los puños arriba. ¿Así ven el horizonte, desde el
sectarismo más ramplón? ¿El calentamiento global y el decrecimiento económico,
todo y cualquier cosa explicado desde su prisma heavy metal, desde sus
parámetros del buen gusto, desde lo que consideran auténticamente ecuatoriano? ¿Qué
dicen cuando dicen “qué vergüenza, van a creer que todos los ecuatorianos somos
así? ¿Así cómo? ¿Populares, confiados, sencillos, orgullosos de sus orígenes y
complacidos por vivir cómodamente de un trabajo que les apasiona, como Delfín
Quishpe? Qué va, si eso tuvieran ustedes, serían felices; lo que les amarga y
les vergüenza es que el rostro más conocido del Ecuador en el mundo del
espectáculo es el de un indígena. De eso se trata todo, no de un asunto musical
o de una ofensa a la memoria de una estrella, como también sostienen algunos
esencialistas stereo. Se trata de la negación con la que no soportan vivir, del
peso de no poder declararse blancos en el censo sin sentir un mínimo
remordimiento cívico. ¿Y lo multicultural y lo pluriétnico y la mayor
biodiversidad del mundo y todos los eslóganes que abrazan cuando piensan que su
país es, efectivamente, la pequeña potencia que les dicen que es? ¿Todo eso se
les cae cuando Delfín Quishpe salta de nuevo al ruedo y les da una lección de
verdadero trabajo independiente y acapara la atención de todos, incluso la de
ustedes, sibaritas de la cultura?
Son ustedes los que se ponen la tricolor con orgullo y
cantan mano al pecho el himno nacional, ese que creen el segundo más bello del
mundo, pero que cuando el delantero dispara afuera no dudan en gritarle negro
hijo de puta y cagarse de risa con el valiente de al lado, con esa socarronería
y esas ínfulas que son las mismas que les permiten insultar a Delfín Quishpe y
solo a él, porque si el personaje fuera otro, cualquiera con la piel más clara
cuya música podrían incluso detestar, no se atreverían a pedir su cabeza hecha
una tzantza. Pero Delfín Quishpe aparece cada tanto y entonces son capaces de
escupir su veneno.
Sepan que a Delfín Quishpe su veneno le tiene sin cuidado. Si
le importara, hace mucho que habría desaparecido de la escena, porque el
bullying que personas como ustedes le han aplicado desde que empezó su carrera
bastaría para quebrarle a cualquiera. Cuántos de ustedes ya se habrían quebrado
por una fracción de ese desprecio, y eso que son tan aguerridos. Delfín Quishpe
ha seguido trabajando, en silencio, sin aspavientos, con verdadero espíritu
autónomo y una autogestión que en ocasiones, cuando viaja a lugares adonde
ustedes nunca han llegado, se reduce a dos personas, él y su esposa, una mini
empresa familiar, un trabajo en comunidad con los que ama, como ya quisieran
tantos. Autonomía, independencia, autogestión, grandes valores con los que se
llenan la boca pero que también se les deshacen apenas sus nombres no aparecen
entre los favorecidos de los fondos concursables, o cuando se les niegan
recursos públicos para sus proyectos, que creen únicos. Entonces despotrican
contra todo: el Estado, el sistema, los procedimientos, los colegas, ¡el
movimiento!
Cuéntenme si Delfín Quishpe ha esperado hasta recibir dinero
de los contribuyentes para avanzar en su carrera. Sería muy justo si lo
recibió. A cuántos se les ha dado tanto para hacer tan poco.
Delfín Quishpe ve más allá del cerco que a ustedes les
limita, por eso se asocia con gente de afuera mientras en su país lo detestan. Eso
también les enardece, ¿no? ¿Qué, porque es indígena debe permanecer anclado a
la llacta? Claro, así piensan, por eso dicen que en lugar de hacer covers de grupos extranjeros debería
ponerse a versionar a artistas de su lindo Ecuador. Eso, mírate el ombligo,
písate la cola. Así de minúsculos son sus razonamientos.
Mientras ustedes siguen a la masa, Delfín Quishpe se asume
como el creador del tecno-folcklor-andino, y como dueño del invento, se esmera
por mejorarlo. Mientras ustedes se parecen a todos los que son como ustedes,
una endogamia de hombres duros y señoritas afines, Delfín Quishpe es él, un performer
que se construyó un mundo.
Ya mismo pasan los 15 minutos de infamia contra Delfín
Quishpe, entonces podrán volver a su pasatiempo usual, el de disparar desde su
envidiable acervo contra hipsters, reguetoneros, Paulo Coelho y Arjona, porque
ustedes son de esos, esnobs, corderitos de las modas de Facebook. Por cierto,
¿cómo son sus días? ¿Encienden la radio y les ataca Arjona? ¿Prenden el
televisor y lo que hay son videos de él? ¿Así? ¿Tanto sufren? ¡Entonces no
prendan la radio ni el televisor! Sean consecuentes con su rebeldía,
compórtense como los antisistema, anárquicos, renegados que dicen ser. Háganlo,
y asuman con eso una postura política, plantéenle una disputa a la hegemonía de
la información desde el anticonsumismo, manténganse conectados a la exquisitez
de sus dispositivos móviles, regodéense en la comunidad de elegidos. Apaguen,
entonces, la radio y el televisor si tanta basura les inoculan a la fuerza, e
intenten abrir un libro, que tanto bien les hará para que entiendan la
insignificancia que somos en el universo.
28 comentarios
Buena!
ResponderEliminarexcelente!
ResponderEliminarbien dicho
ResponderEliminarDos palabras, Excelente texto.
ResponderEliminarMe gustaría que escribieses sobre mí. (Inti Condo).
Felicitaciones por su punto de vista de este acontecimiento, http://periodistasdelascalles.blogspot.com/
ResponderEliminarExtraordinario !
ResponderEliminarmejor dicho imposible
ResponderEliminaraplausos a delfin quishpe por todo su trabajo
ResponderEliminarla crítica de la crítica
ResponderEliminarLastima que la mayoria de Ecuatorianos sean asi muy buen blog.
ResponderEliminarmuy cierto somos un pais que solo vivimos criticando lastimoasamente y solo andamos galardoneando con la noveleria de lo exterior de lo gama de artistas de otros paises, el mismo tecladista de soda stereo afirmo que a pesar de lo que ha hecho es el unico en latinoamerica que se arriesgo hacer algo experimental y nos gusta! a mi parecer no me gusta sus canciones pero el pana se mueve y se promociona a nivel mundial y se marketea sea bien o mal pero deja una huella que otros ni intentan y viven en una burbuja plastica ...sufriendo.
ResponderEliminarbien dicho la mejor frase "Cuéntenme si Delfín Quishpe ha esperado hasta recibir dinero de los contribuyentes para avanzar en su carrera. ... A cuántos se les ha dado tanto para hacer tan poco."
ResponderEliminarY HAY OTRITOS, QUE NO NECESITARON QUE LES DEN...ELLITOS MISMO COGIERON
Eliminar¡Bárbaro! No hay nada más cruel que remitirnos a nuestras contradicciones y hacernos ver frente al espejo de nuestros propios defectos... Sin embargo, no hay nada que te haga crecer de forma más saludable y enriquecedora. Que cada quien saque sus propias preguntas y sus propias respuestas. ¡Mil gracias por alejarme del Alzheimer!
ResponderEliminarEste texto me alegro el dia. Finalmente alguien lo dijo. Gracias.
ResponderEliminarPara empezar estoy en total desacuerdo por los agravios que mucha gente a dicho, no esta por demás decirlo.
ResponderEliminarYo no soy un erudito musical y tampoco pretendo serlo. Y he visto últimamente que criticar es mal visto, algo que me parece muy destructivo (no insultos, criticas). Obvio todo el mundo puede hacer lo que le da la gana, lo que le salga del esfínter, el estomago, el corazón, etc. Pero si cabe recalcar, y no nos hagamos los cretinos, su producción musical como audiovisual, es muy cutre, y me refiero, a su falta de calidad, y eso lo saben, pero quieren ser "correctos", son producciones que cualquiera podría hacerlo, coger una computadora meter cualquier programa de vídeo y/o musical, copiar alguna mezcla, hablar cualquier huevada, y pas!!!, éxito. Hay gente con pocas herramientas y logra hacer cosas increíbles, lo sé, pero delfín y muchos otros no.
Y logra el éxito, no por bueno, sino porque llega ser hasta gracioso. Y esto me lleva a otro punto que molesta profundamente, y hasta cierta envidia, porque, por el espacio que le dan, y repito no por bueno, y si son conscientes de aquello, o sino dense otra vuelta por la televisión "nacional", existiendo tanta gente que puede hacer trabajos con calidad y sobretodo contenido.
Hay músicos independientes, que se sacan la puta por abrirse campo y que son brutalmente buenos, pero no les dan espacio, porque estos manes les han quitado, inconscientemente o no, pero no les importa, y lo peor es que piensan que hacen algo bueno, cuando no es así, porque nadie es capaz de CRITICAR y decirles como es su trabajo realmente.
Todos ustedes deben dedicarse a algún oficio, y siempre tratan de mejorar y que su trabajo sea reconocido por bueno, si viene cualquier persona con un trabajo malo (lo saben porque tiene criterio y sentido común) y les prefieren a ellos por cualquier razón a pesar de que su trabajo sea pésimo,no les entraría una putas iras!!!???
Que tiene que ver el capitalismo con delfín?
ResponderEliminarVas a defender a la basura del regueton?
ResponderEliminarEntendería tanto glamour de las palabras el directamente afectado?????
ResponderEliminarComo dijo un amigo.. Hasta para hacer el ridiculo lo hace bien.
ResponderEliminarPor otro lado desde que cantaba con la Tigresa del oriente o Wendy Sulca, me parece un genero que no me gusta y que mucho menos quiero escuchar en una adaptacion de ningun tema cover, al menos no de otros generos que si me gustan. Es una opinion personal.. que siempre la tuve. Pero ahora con el internet y las redes sociales no por ser una agrupacion de amargados es que suceden estas cosas sino que miles con la misma opiniom personal la publican y viralizan, asi como cuando se viralizan criticas constructivas, es el mismo fenomeno pero no significa que el Ecuador sea un pais de amargados.
Lamentable si es la calidad o el tono elevadisimo de los memes o insultos que se llegan a viralizar.. pero es el riesgo que existe por el simple hecho de estar permitido.. en todo caso si no les gusta lo que se ve en las redes, no las usen y vivan mas felices.
Es increible como incluso la opinion personal ha encontrado quien sufra por ella, el escritor del blog por ejemplo; hay que aceptar que para bien o para mal todos tenemos una opinion.
ResponderEliminarHay que apoyar el talento ecuatoriano, pero el buen talento ecuatoriano, hay infinidad de artistas que jamas tuvieron que recurrir a la bizarres para tener un sequito, eso es admirable en un pais en el que el argumento del mediocre es "si no le gusta no vea"; culpemos al racismon por supuesto, el pobre Delfin es victima del racismo del pueblo que no sabe spreciar su arte, cuando artistas como Jayac, Guardarraya, Paulina Tamayo producen que el ecuatoriano infle el pecho donde sea que este, es un absurdo ser tan poco critico y simplemente girar la cabeza cuando algo no nos gusta, mientras no hagamos valer el dinero que pagamos en el cine o en un disco seguiremos viendo "La pareja feliz" en la television.
Pero bueno, mejor no hagamos nada, apagemos la TV y la radio, cruzemonos de brazos y veamos crecer el cesped, porque si no tienes un oscar y 5 emmys no eres quien para opinar. Bravo Ecuador y libertad de expresión, volvieron a cagarse en tu gloria.
No es eso. Las razones que yo he pensado son diferentes. A mí por ejemplo me da igual que sea un indígena que triunfe en la música, siempre y cuando lo haga bien, lo haga limpiamente. Se habla de un esfuerzo por parte del Delfín de no se cuantos años. Yo me pregunto ¿qué esfuerzo hay en versionar un cover? ¿qué clase de esfuerzo hay en un tipo que está años en la música, y "tanto que se esfuerza" y no aprende ni a cantar? Yo no puedo aprobar eso. Si hay otra gente que habla mal del man "por ser longo" bueno, será cosa de ellos. No puedo esperar nada de un país como este pero al menos de la mayoría de gente que vi que hablaba del man, nunca vi ningún comentario racista. Veía que decían "cagaste la canción", "Cerati se revuelca en su tumba escuchando esto" y cosas de ese tipo, lo cual me parece coherente porque en realidad es así. Soda Stéreo a mí nunca me agradó porque simplemente no me pegaba, pero Cerati fue uno de los mejores músicos de América Latina, y cantaba bien, de una manera muy profesional y eso hizo que sean así de famosos, con muchos fans, pero verdaderos fans, gente que les sigue desde los 80s. Y que venga un tipo ridículo que se inventa un género musical que no tiene ni sentido, a sonar asqueroso y encima mal cantado ¿qué no va a molestar a los fans? Yo ahí no veo ningún problema racial ni nada.
ResponderEliminarExcelente, buen trabajo....directo, sin más ni más...solamente la verdad.
ResponderEliminar¿Bullying? ¿Qué es?, ¿Qué palabra es? ¿India,mestiza,ecuatoriana o gringa? o quiso decir maltrato, ofensa, daño, castigo, agravio, vejación, injuria. Todos los seres humanos tenemos que respetarnos y tratar de vivir bien. En cualquier parte del mundo existe lo que se ha escrito, es decir, ofensores y maltratadores y, Delfín no es la excepción, sino música para nuestros oidos..
ResponderEliminarForma y contenido del blog es !excelente! Me recuerda a Jorge Enrique Adoum en Ecuador: señas particulares. Somos espectadores pasivos de nuestra indolencia, de nuestra desgracia, de nuestras desconfianza en los demás, y en nosotros mismos. De nuestra triste falta de solidaridad y esfuerzo. Saludos.
ResponderEliminarGente ignorante y mala sangre. Arriba DELFÍN!
ResponderEliminarTodos somos Ecuador, la discriminación viene de las altas y medias esferas, y no aceptan porque no pueden ser capaces de salir adelante nunca.
ResponderEliminarINCREIBLE!!!
ResponderEliminarde lo mejor !!
me hizo tener ganas de abrirme un libro :)