Una entrevista vintage a Sebastián Cordero (y una breve historia extra)

domingo, abril 01, 2012

Luego de haber existido durante más de cuarenta años en la Maison de la Radio, en el distrito 16, de París, Radio Francia Internacional va a tener que mudarse a otro edificio. Esto se debe, en escencia, a que tendrá que fusionarse con el canal de televisión France 24, que empezó a emitir en 2006 y que tiene sus cuarteles generales en Issy-les-Moulineaux, a las afueras de París. Allí tendrá que instalarse RFI con toda su historia y su desgano, porque no se mudará en buena lid: la fusión, tal como ha sido planteada por el gobierno de Nicolas Sarkozy, implica ir cortándole a uno de los servicios radiofónicos internacionales más antiguos e importantes del mundo, poco a poco sus miembros hasta, dicen los más pesimistas, desaparecerlo, o al menos hasta mermarlo en una de sus más celebradas fortalezas, la de hacer periodismo radiofónico de calidad en varios de los idiomas más utilizados en el mundo. France 24 es una mega empresa pública que necesita una altísima inversión para terminar de levantarse. Como hay que alimentarla, se debe sacrificar parte de la ración que le correspondía a su hermana menor, la radio.

Varios servicios en ciertas lenguas ya desaparecieron de RFI a lo largo de los años, entre ellos el alemán, el italiano y el rumano, y hoy, de entre el mandarín, el árabe, el ruso, el vietnamita, el portugués, el inglés, el español y, por supuesto, el francés, que existen todavía; varios, menos éste último, corren el riesgo de salir del aire en el mediano plazo, o de transformarse en servicios informativos web. Radio Francia Internacional ya no sería tan radio. O al menos ya no tan internacional. El servicio en francés no corre peligro porque cuenta con amplias audiencias en la basta África francófona, pero las audiencias de varios de los otros servicios no son consideradas lo suficientemente grandes como  para mantenerlos a éstos al aire. En el caso del servicio en español, una audiencia que va desde Tierra del Fuego hasta la costa este de los Estados Unidos, al parecer no es tan importante. Mientras eso ocurre aquí, la Deustche Welle, el servicio público alemán de información, creó hace poco un canal de televisión en español que va a emitir 24 horas al día. 

En fin, esa es una historia que ni por acá termina de clarificarse, y que es mucho más compleja que lo hasta aquí relatado, lo cierto es que, como parte del proceso de mudanza, mucho ha empezado a empacarse y otro tanto a desecharse, entre eso centenas de copias en cd de programas producidos durante los años dorados de la estación, cuando en el servicio en español se realizaban reportajes, crónicas, perfiles y entrevistas de largo aliento y de gran calidad, época en la que el periodismo narrativo se desarrollaba también en la radio. Varios cartones llenos de esos cd (copias de los originales que se guardan en los archivos) reposan desde hace un par de días afuera de la sala de redacción donde yo trabajo, para quien los quiera antes de que se vayan a la basura. Ayer, husmeando por ahí, encontré uno que contiene una entrevista que el periodista de RFI, José Rosas, le hizo a Sebastián Cordero en 2005, en el Festival de Cine de Lima, donde presentó Crónicas, su segundo largometraje. Cuando Sebastián Cordero atendió esa entrevista, la Ley de Fomento del Cine Nacional aún era un proyecto, y los apoyos financieros estatales todavía una quimera. Sebastián lo dice con resignación, pero a la vez manteniendo la esperanza de que se convertirán en hechos. A pocos días de haber estrenado Pescador, su cuarta película, repasar una entrevista que se le hizo hace unos cuantos años permite no sólo evaluar la consolidación de su carrera sino también el brío que ha agarrado la producción cinematográfica ecuatoriana. 


No es imperioso volver sobre un documento antiguo para constatar el avance del cine nacional cuando el presente es la mayor prueba de su vitalidad, pero que el azaroso hallazgo sirva para poner en perspectiva la forma en que, apenas hace siete años, veía el cine en el Ecuador su cineasta más connotado.   

Aquí la entrevista (20 min. Al comienzo hay un error, no le hagan caso):


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