Desde su casa tarda 40 minutos en llegar. Se forma en un patio junto a casi 1000 agentes más -entre policías nacionales y federales-, y luego de que le pasan lista se ubica en su zona de vigilancia: aproximadamente 50 metros cuadrados. Trabaja de ocho de la noche a ocho de la mañana. Camina de un lado a otro, con las manos cruzadas sobre la espalda baja, con las manos en los bolsillos. No tiene una caseta ni una silla donde descansar. Lo hace solamente durante la hora de cena que se toma a eso de la medianoche. Lleva 10 años en eso. F. Zepeda es guardia en la Puerta 7 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez.

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Tacos "Chupacabras"
Es un kiosko sobre la vereda, popular y cotizado como tantos kioskos de vereda que ofrecen comida rápida, pero éste, además, es tan leyenda en la ciudad como el ser que le prestó su nombre. Los tacos Chupacabras llevan chorizo, cecina y lomo, pero mezcladas ninguna de las carnes sabe a lo que debe saber, o, visto de otro modo, todas saben a lo mismo: grasa bien condimentada. 10 pesos cada taco (70 centavos de dólar). Primera comida del primer viaje a México: cinco chupacabras. Cero estragos.











Chilanga (a la derecha), fue mi anfitrión las dos primeras noches. Lo conocí en Ecuador hace 12 años y hoy lo vuelvo a ver desde entonces. Siempre tan amable, tan gozador. Sus amigos armaron una banda hace casi un año, tocan jazz-funky-groove. No tienen nombre, tienen un buen cuarto de ensayo.


El Chucho Benítez en la portada del periódico deportivo Récord. Se anuncia el partido entre América y Santos Laguna. Al día siguiente, el América venció 3 a 1.

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Plaza Garibaldi y alrededores
Si se quiere que un conjunto de mariachis (dúos, tríos, cuartetos) le cante una ranchera al paso (para la novia, para la santa madre), vaya a buscarlo en la Plaza Garibaldi: 100 pesos la tonada (6 euros). Si se los quiere a domicilio, se los llama, cobrarán dependiendo de la distancia que deban trasladarse y del número de piezas que se les pida. Un promedio es 2000 pesos por 10 temas.  








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Odilón Jardines
Es el organillero más antiguo de todo México, tiene 68 años y toca desde que tiene siete años. El organillo, instrumento a manivela originario de Alemania, funciona con un sistema de cilindros picados con una suerte de grapas de distintos grosores y tamaños que, con el accionar de la manivela, se frotan contra un teclado de 33 teclas y se produce el sonido. El cilindro del organillo de este retrato tiene marcado ocho melodías distintas, todas de valses, entre ellos La vida en rosa, El danubio azul, El patinador. Los organilleros viven de lo que la gente les regala al paso, y generalmente el trabajo se hace en parejas: un organillero y un ayudante que pide las colaboraciones extendiendo su gorra. Pareciera que tocar el instrumento fuera tan sencillo como girar la manivela mecánicamente, pero hay que darle al gesto una rítmica y una presión que no se consiguen fácilmente. Para que lo entendiera, Odilón Jardines me hizo probar y, efectivamente, no logré hacer sonar dos compases completos. "La mayoría de los organilleros de por aquí tocan mal -dice-. No siempre se logra tocar con sentimiento, y hay que tocar con sentimiento para que la melodía tenga melancolía".

En su casa, con colegas a los que les alquila otros organillos que él posee. Por el alquiler deben pagar al día un equivalente a 10 dólares, el resto de lo que logran en la jornada es para ellos, lo cual suele ser entre 10 y 15 dólares.

La jornada empieza a las 11h00 y se extiende hasta las 20h00, sin descanso para almorzar porque comen reforzado en el desayuno.

Odilón Jardines es propietario de siete organillos, tres de ellos están en reparación. Uno de los motivos por los que cada vez haya menos organilleros en México, es que hay pocas personas que saben repararlos.

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Zócalo y alrededores








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 Restaurante El Cardenal (recomendación afortunada del gran gourmand Braulio Moro). Mixiote de cordero: carne tierna de cordero en salsa de chile guajillo (apenas picante) y envuelta en hoja de magüey (no comestible, tiene una textura de plástico), acompañada de nopal y guacamole. Cerveza Bohemia oscura.

    Pan relleno de masa de tamal, queso y chile.