Ana, Milena y el pop*

domingo, diciembre 13, 2009



Si Mafalda, por llevar en la fisonomía el trazo de una caricatura y porque siendo niña interpela con cinismo las complejidades del “mundo de los adultos”, puede ser considerada dentro del universo de las historietas un personaje de ficción, Ana y Milena parecen la representación, a escala de viñeta, de seres salidos de un ámbito documental. Esto a riesgo de tropezar de entrada con la hipótesis, pues bien podría decirse que qué más van a ser todos los personajes de historieta sino entes de ficción. Pero es que, rebuscando un poco en ese cosmos, se me antojó asumir a los personajes del cómic de F. S. Patinho con una suerte de advertencia que diría algo así como “Basado en personajes que podrían ser tu hermana, tu novia o tú mismo”.

Patinho es un antropólogo que analiza las dinámicas culturales de su contemporaneidad con el cinismo y la sorna que hacen falta para no hartarse de un ajetreo social que, por más que se quiera en el camino del progreso, la igualdad de derechos y libertades, maneja códigos y reproduce en la práctica taras que se quisieran archivadas en otro siglo. Ana, Milena y el resto de personajes de este cómic que desde 2006 se publica diariamente en El Comercio y que hoy se reúne en un libro, le sirven al autor para hacer una disección “glocal” en el comportamiento de un segmento socioeconómico medio-alto, educado e inscrito en un rango etario que se concentra cercano a los treinta y que fuga un poco para arriba y un poco para abajo, por ahí por donde él mismo sintoniza con presencia y reflexión.

En el universo que recrea Patinho hay referencias a lo más actual de nuestros hábitos: el uso masivo de tecnologías y la interconexión virtual; se pasean con fuerte presencia alusiones a los fangosos terrenos de las relaciones de pareja y a los consumos en un mercado abastecido por las industrias culturales; para arrancarle la broma al lenguaje se le exprime sus posibilidades hermenéuticas, y se resuelve con ironías, a ratos demandando un acervo de conocimientos superior al del sentido común, algunas inquietudes colectivas que en la contemporaneidad son asumidas con rango de dilemas existenciales: la moda, la apariencia física, el éxito social, el buen gusto y sus contrarios.

Dicho de esta forma, quizás se da la idea de que el análisis que Patinho realiza es desarrollado desde alguna torre de cristal cómoda e impermeable, sin embargo, es de revisar la historieta para evidenciar que lo que puede ser resuelto en dos diálogos con chispazos de sarcasmo y humor negro, es posible en tanto es el resultado de una autopurga, de un remesón de los fastidios que uno se atribuye por el casual hecho de ser parte de un colectivo humano; al fin, como expresión artística y crítica de un malestar en la cultura que, como muchos y según nuestras propias formas, expresamos respecto de un mundo “glocalizado” en el que, a nombre de la paranoia colectiva, a la cotidianidad se la embadurna de pop para maquillarle las desgracias.

Si él mismo se retratara en su tira cómica (cosa que puede ya estar hecha pero que yo no he sido capaz de distinguir) seguramente aparecería tirándose de los pelos, frunciendo el entrecejo y con ganas de escupir.


* Publicado en El Telégrafo el 13-12-07

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1 comentarios

  1. Hola, queria invitarte a que agregues tu blog a soyecuatoriano.com
    es un directorio de webs y nos gustaría que estuvieras.
    saludos

    Diego

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